Nuevos tiempos.

La vida que hubo antes del corona-virus, quién no la recuerda, la vivíamos confiados y con la normalidad que habíamos establecido como usual, o normal, y nos gustaba.

Ahora, corona-virus nos ha obligado a comportamientos extraños. Yo, y supongo que la mayoría de personas,  salgo a la calle a hurtadillas, como si fuera un ladrón, escondiéndome, huyendo de la posibilidad de tropezar con él, de sopetón, y se fije en mí. Con miedo.

Con miedo seguimos cuando, por necesidad, tenemos que relacionarnos con personas, amigas desde siempre, temerosos de que la amistad no sea un buen antídoto  contra el virus. Joder, qué cosas.

En estos días de Navidad y Año Nuevo, que siempre habían sido fuente de saludos y abrazos, ahora, el abrazo está prohibido y el saludo, si lo haces, tiene que ser con al codo. No conozco nada que reconforte más que un abrazo de un amigo/a cuando te sientes apretujado. Joder, qué cosas.

No conozco las necesidades, ni el pensamiento, de mis amigos, que imagino como los míos, pero necesito, con urgencia, comenzar a saludar, abrazar y, por qué no, a besar.

En el fondo, tengo que decirlo, lo que más me repatea es que un bicho tan pequeño, microscópico, nos quite la vida, nos amenace, no nos permita nuestra vida de siempre y, además, tenga acongojado a la Humanidad, 8.000 millones de personas.

Tengan un hermoso día.

Feliz fin de año 2020

Hoy, casi fin de año, se me ocurre escribir un relato sobre las tecnologías de andar por casa que manejamos de forma cotidiana. Hay otras tecnologías, artilugios, que en este momento, todavía, son palabras mayores para la mayoría de las personas.

Hoy, podemos sentir los besos y abrazos, a distancia, sean de quien sean. Hablar y verse por Face Time o Skipe ha quedado anticuado. Mientras que seguimos asombrados con el invento, legiones de ‘geeks’ (frikis de la tecnología) trabajan para desarrollar los próximos artilugios que trabajaran en el terreno de las emociones. Tenemos que aprender otro idioma, el idioma tecnológico siempre es en inglés.

Por ejemplo, si alguien querido te envía un apretujón desde KM. de distancia, un ‘gadget’ activa tus neuronas mediante impulsos eléctricos para que experimentes la misma sensación que si el apretujón te lo dieran en persona. Esto va más allá de los relojes inteligentes, las gafas de realidad virtual o los medidores de actividad física que hasta hace nada nos parecían de ciencia ficción.

A los Reyes Magos les voy a pedir una pulsera deportiva, con GPS, que además de seguir mis caminatas me ayuden a ir a Mercadona y al popular restaurante y lugar de vinos ‘El Ventorrillo’.

Y esto, al decir de los expertos, todavía nos encontramos en pañales en este tipo de elementos tecnológicos y nos queda muchísimo por descubrir, yo diría que todo. Si entramos en Internet a investigar sobre ‘Wearables’ encuentras algunos sorprendentes. Uno colocado en la espalda te pega un trallazo eléctrico cada vez que pierdes la postura y te obliga, sí, te obliga, a volver a tu postura original.

Los nuevos dispositivos, que ya se encuentran aquí, se pegarán a la piel, otros se colocarán dentro y actuaran a nivel psicológico. Da miedo sólo pensar que nos coloquen un robot, por pequeño que pudiera ser, en nuestro cerebro para poder modificar nuestras reacciones.

Con los pies en el suelo, pienso que el aumento de la población, al ritmo actual, ya somos 8.000 millones de habitantes en el mundo, es prácticamente imposible que nos puedan controlar. Un ejemplo actual, el control de la pandemia del corana-virus. Mientras el gobierno nos dice, con razón, que nos protejamos para no contagiarnos ni contagiar, pandillas de negacionistas, se reúnen, hacen botellón, u otra rareza, sin protección entre ellos. Lo peor, no sabemos quienes son.

Dentro de un tiempo, por los problemas de movimiento que ahora se ven en los aeropuertos y otros lugares, los problemas con terroristas, y otros problemas de control, será necesario llevar en nuestro cuerpo un chips para ser controlables mientras nos miden otros parámetros de nuestro organismo, y más peor, seremos seguidos vayamos donde vayamos y no podremos decir, nunca más, yo no estuve allí.

A este paso, si con el móvil podemos hacerlo ‘to’, absolutamente ´to´, la Naturaleza que es el Ente con mayor capacidad para decidir lo mejor, harta de tanta cosa, a unos nos cortará y a otras coserá y hará a todos iguales, poniendo fin, por fin, a las desigualdades.

Pasen un hermoso día.

Anticuerpos

En mi relato de ayer, ‘Quizá sea una tontería’, incluí a nuestras bacterias como personajes para facilitar la comprensión del contenido del mismo. En el de hoy, las voy a mantener como protagonistas.

Todos los individuos, por pequeños que sean, necesitamos, para vivir, a las bacterias. Piense en las hormigas, las termitas se encargan de masticar la madera para que ésta sea procesada por sus microbios-ameba. Es una asociación para poder vivir de la madera. Las termitas quiebran la celulosa y consiguen el nitrógeno que necesitan para mantener a sus bacterias, y éstas se encargan de convertir la madera en azúcares y otros nutrientes que las termitas necesitan.

Los humanos no seriamos nadie sin bacterias, son nuestras defensas.  Los bebés nacen con ‘inmunidad pasiva’ que trasmite la madre al bebé, pero solamente perdura unos pocos meses. El bebé deberá generar sus propios anticuerpos (proteínas producidas por el sistema inmunológico) para combatir virus y bacterias.

De mayores, podemos imaginar, somos un montón de bacterias, mejor o peor, organizadas y por esta razón, no por herencia, existen personas muy bonitas (jajá, qué ocurrencia) y otras no tanto, depende de cómo se organicen.

En nuestro interior, con millones de bacterias de familias diferentes, en competición permanente para conquistar mayor propagación y protagonismo, es el lugar donde mandan, ordenan, prohíben, autorizan, se pelean y, a pesar de todo, las familias deben mantenerse en equilibrio.

En este momento, con el corona-virus haciendo estragos, es la demostración práctica de lo que ocurre cuando un organismo, en este caso las personas, no nos encontramos preparadas, con anticuerpos, para combatir este virus. El sistema inmunitario produce anticuerpos, una proteína producida por el sistema  cuando detecta sustancias dañinas, llamados antígenos como bacterias, hongos, parásitos y virus.

Pasen un hermoso día.

El hombre y la tecnología

Hace algún tiempo publiqué un largo relato cuya esencia era manifestar mi preocupación por el futuro cercano de nuestra especie. Mi alarma estaba sustentada por el aumento, imparable, de la población, 7.594.000.000 habitantes en 2018 en el mundo, y la disminución, cada día más, del régimen de lluvias en zonas productivas y, consecuentemente, la disminución en la producción de alimentos. Pensaba que, salvo un milagro, dentro de poco, el agua ocuparía un lugar en la Bolsa de Valores.

Hoy lo veo de otra forma. El Homo Sapiens, desde el principio de su tiempo, coincidió con otros Home de especies diferentes. Prevaleció él, y seguimos aquí, no por su fuerza sino por su inteligencia.

Dentro de poco, ya se está experimentando, no será necesario consumir tanta agua ni tener tanto terreno ocupado en producir alimentos suficientes para alimentar a la población mundial aunque aumente el ritmo actual de crecimiento.

Tampoco las altas o bajas temperaturas, los ciclones, las borrascas y las bajas presiones tendrán influencia en las cosechas y todo gracias a la inteligencia del hombre y a la tecnología que ha desarrollado. Un ejemplo cercano, es la vacuna contra el Corona virus. Muchas personas, con criterio científico, han opinado recientemente, que disponer de una vacuna nos llevaría años. La vacuna ha llegado en meses.

La Agricultura, dentro de un corto periodo de tiempo, se desarrollará en contenedores, si, no se alarmen, así ocurrirá. Y más increíble todavía, los contenedores se mantendrán a la temperatura deseada sin importar el lugar del mundo que se instalen. Un contenedor instalado en Groenlandia, por imaginar un lugar frío, mantendrá la misma temperatura, si así fuera necesario, que otro instalado en el Ecuador, por decir un lugar cálido, o en Murcia.

El riego no será por inundación ni goteo. Las plantas se desarrollarán en una atmósfera de agua atomizada. Yo, que soy aficionado a la agricultura ecológica, sé que cuando compro plantas de pimientos, tomates, etc. si las deposito dentro de una bolsa de plástico cerrada aguantan semanas sin regar. El agua de la planta se evapora y se deshidrata, con el calor del día y se re-hidrata con el frío de la noche.

Ahora abra los ojos, un contenedor de 100 m2 producirá la misma cantidad producto que una hectárea de terreno, 10.000 m2, con el riego tradicional. Puede ir imaginando qué hacer con el terreno sobrante y tampoco será tan preocupante, como ahora, el nivel de los pantanos.

Qué tendrá que ocurrir dentro de contenedor para que, en un espacio cerrado a cal y canto, sin luz, puedan vivir las plantas. Estará exento de plagas y el sol lo ‘fabricamos’ con diodos emisores de luz.

Parece que todo lo necesario para una óptima producción lo proporcionan los diodos LED. Esta palabra siempre la encontramos en idioma inglés. En castellano se escribiría DEL que significa Diodo Emisor de Luz. El uso de estos diminutos diodos emisores de luz se emplean para infinidad de aplicaciones. Uno, espectacular, son las pantallas de televisión y una diferencia notable y no es la única, con el resto de paneles de tv, el color negro es regulable. Sí, el negro también es un color regulable en un tv con pantalla de led.

Los diodos aunque son físicamente iguales, se fabrican de características diferentes. Se usan de una u otra característica de acuerdo con la función que va a realizar. Todos producen luz pero no de la misma frecuencia.

Aunque no es fácil de explicar lo voy a intentar de la forma más sencilla que pueda. El sol, el que nos alumbra, nos calienta e incluso quema, es un gigantesco emisor de microondas, ondas de casi todos los tamaños. Dentro de esta banda existe una zona que se denomina zona de luz visible. Las frecuencias que reflejan las cosas que reciben la luz son las cosas que vemos. Las abejas, por ejemplo, ven las cosas que reflejan otra frecuencia no visible para los humanos, los rayos infrarrojos.

El ojo, nuestro ojo, es un sintonizador de estas frecuencias denominadas de luz visible. Lo mismo que nuestro oído es un sintonizador de frecuencias bajas, de 50 c/s (ciclos por segundo) y hasta 12.000 c/s.

Nuestro ojo, por más bonito que pudiera ser, sólo recibe microondas de las frecuencias de luz visible y nuestro cerebro analiza la información que le llega del ojo y construye la escena. De cómo hace el cerebro esta composición es un misterio. Los misterios, como saben, siempre son misterios por falta de conocimientos.

El sol es un gigantesco, y potente, emisor de microondas. Ríase de las microondas de su horno, su teléfono móvil, tan mal visto por los ignorantes, su tv, etc. comparadas con la potencia de las que nos llegan del sol y muy especialmente los rayos ultra violeta (UV).

Volviendo al contenedor de las lechugas, la tecnología mediante la utilización de diodos emisores de luz puede simular, con los mismos beneficios, la luz solar.

Por esto un contenedor bien diseñado se puede instalar en cualquier parte del mundo, por más frío, o calor, que haga.

Pasen un hermoso día.

La Naturaleza es así.

Hoy, día segundo de Pascua, lo voy a dedicar, si no surge algo mejor, a pensar en algunas de las  estrategias que la Naturaleza emplea para que el mundo siga siendo como es.

Los percebes, con pinta de pata de cabra o arbolito recién llegado al mundo, se encuentran fijos, sin moverse durante todo su vida del mismo lugar.  Cuando los comemos, porque están riquísimos, nunca pensamos cómo harán, estos habitantes de la tierra, para reproducirse. La Naturaleza, que nunca se anda con rodeos para que nos multipliquemos, en este caso, ha dotado a los percebes de un miembro viril  de longitud variable. Su longitud, que puede variar varias veces al día, dependiendo de la fuerza del oleaje, hace posible  apareamiento. No puedo imaginar el romanticismo con un oleaje tan fuerte.

Las cigarras, esas, las que no nos dejan dormir la siesta, mientras ponen sus huevos en las hojas de los árboles. Cuando rompen el cascarón, ya gusanitos, se introducen en la tierra y tardan diecisiete años en salir de ella. Se hacen mariposa, nos deleitan con sus canciones, ponen huevos y se repite el ciclo. La naturaleza, a veces, no tiene prisa, es lo que parece, pero a lo mejor esto es así porque las cigarras, además de darnos ‘el tostón’ con sus canciones, intervienen y hacen posible el nacimiento de otras criaturas.

Los caracoles, a estos sí que la Naturaleza los ha dotado de facilidades. Seguramente la Naturaleza, por tener un caminar muy lento y no exento  de peligros, ha decidido que cuando encuentren pareja y hagan el amor, los dos traigan caracolitos al mundo. El amor no creo que lo sientan, este sentimiento sólo lo sentimos los humanos por razones lógicas. Como los nenes venimos al mundo muy, pero muy prematuros, si no apareciera, en nosotros, el amor, abandonaríamos el recién nacido a su libre albedrio y moriría. Ya digo, la Naturaleza lo tiene todo pensado.

Para que se carcajeen, el bambú tarda en florecer cien años, si ha leído bien, florecen, pierden las hojas y mueren.  Pero no se me entristezcan, sus múltiples raíces consiguen que se reproduzca y otra curiosidad, sólo crece durante un el primer año y será esta altura la altura de la planta durante su larga vida, Supongo que esto se debe a un capricho de la naturaleza que, seguramente, también los tendrá.

Lo dejo aquí, hay que estar preparados para el año que comienza dentro de unos días. Ah, mañana es el día de los Santos Inocentes.

Pasen un hermoso día.

Percebes
Caracol
Bambú

Los alimentos y las bacterias.

Anoche, viendo un programa de tv sobre Naturaleza, me fijé en la cantidad de ‘artilugios’ con los que la Naturaleza ha dotado a cada especie para defenderse de sus depredadores. Todos los tenemos, no solo en el reino animal, también en el vegetal.

En el reino vegetal el movimiento no existe, tengo que decirlo, donde se nace, en el punto que nace, muere. Cómo ayuda la Naturaleza, a estos hijos suyos, a defenderse de sus depredadores. Fabricando proteínas que sus depredadores no pueden digerir.

Imagine, siempre hay que imaginar para comprender mejor, que un grillo, de los que no nos dejan dormir en una noche de verano, en sus salidas nocturnas en busca de comida, encuentra un hermoso tomate. Nada hay más atractivo, para un grillo, que un tomate. Como le gusta tanto, se pone ‘morao’.  Antes de abandonar el lugar del banquete, comienza a sentir un pequeño rumor en las tripas y decide regresar a su lugar de residencia. Antes de llegar, no puede más, se detiene, piensa que iba muy rápido. Se siente enfermo y sin ganas de comer, nunca más, tomate.

Los tomates, los pimientos, las berenjenas, los cacahuetes, los garbanzos, las habichuelas, etc. en su piel y semillas contienen una proteína para defenderse de sus depredadores, que no sólo fastidia a los grillos, también a los humanos, aunque a nosotros no nos mate.

Una de las proteínas más famosas y conocidas, porque ha llegado al estrellato, es la producida por los cereales, el Gluten. Como de sobra saben, todos los envoltorios de los productos alimenticios contienen el aviso ‘no contiene gluten’.

Los cereales comenzaron a ser consumidos por los humanos desde la lejana época de los cazadores-recolectores pero, todavía hoy, existen personas que no han desarrollado, en su intestino, el tipo de bacterias que hagan posible la digestión de su proteína, el gluten. Piensen en los celíacos, lo peor de lo peor.

Como persona me considero normalico, pero tengo mis manías. Un día, muy recientemente, decido modificar mi forma de comerme  los tomates,  pimientos, berenjenas, el pan, los garbanzos y las habichuelas.

Nunca antes me había sentido  tan feliz con mi estómago ni  con mis digestiones. Mi comida era a base de pescado, sardinas y boquerones, pimientos, berenjenas y tomates, todo al horno para poder quitar la piel y las semillas. Qué rico, por favor.

Después de un periodo de varios meses, como todo cansa, decido incluir en los menús, los garbanzos y habichuelas, cocinados en olla a presión. Lo pasé fatal, el intestino se detuvo, mi panza se hizo ver, etc.

Lo que pasó es fácil de imaginar. Durante el tiempo que deje de comer mi menú de antes, con todo tipo de comida, lo que estaba haciendo  era matar de hambre algunas bacterias que antes alimentaba  con lo que comía.

Cuando nuevamente comienzo a comer productos de ‘antes’ no disponía de las bacterias necesarias para digerirlos. Se solucionó con dieta, la ayuda de algún producto casero y unos días incomodos.

Somos un montón de bacterias.

Tengan un hermoso día.

Quizá sea una tontería

Durante mi larga etapa de gran fumador, como todos los que hemos superado el mono de fumar, deseaba más que nada, dejar el hábito. Lo intenté en infinidad de ocasiones y siempre con el mismo resultado, Volvía a ‘engancharme’ al poco tiempo, que podían ser días, semanas o meses. Era mi calvario personal, fumaba tres cajetillas diarias.

Después de darle mil vueltas, puede imaginar, llego a la conclusión de que fumando sólo el primer cuarto de cada pitillo dejaría de ingerir el 90% de toda la nicotina, y otros venenos contenidos en cada pitillo. Esta idea, la estuve madurando un tiempo, imaginaba que no saciaría mi deseo de fumar.

Para no hacerlo más largo, pongo en marcha mi plan y descubro que sí, que fumo más pitillos Me sublevo, no podía permitirme ser tan débil. Finalmente caí en la cuenta de que podía fumar diez ‘punticas’ de cigarrillo por cada uno de los ‘enteros’ que fumaba antes. Ingeriría la misma cantidad de nicotina y mil sustancias, todas malignas, como si fumara un pitillo entero.  

Pongo el plan en marcha, éste con sentido más  elaborado, estaba convencido que funcionaria y tenía la atención y moral muy  alta.

Después de seis meses de  mantener el plan en marcha decido tirar el pitillo con la ‘puntica’ más corta, fumaba  menos de cada pitillo. Un día, el último, fui a encender un pitillo y no me apetecía, no lo encendí. Me fui a la cafetería  a tomar un café, siempre el café me conectaba con el pitillo y tampoco me apeteció  fumar. Nunca antes había sido tan feliz, no he vuelto a fumar.

Ahora, transcurridos 25 años de mi feliz aventura, tropiezo con un libro  que trata, entre otras muchas cuestiones, todas interesantes, de los alimentos  que nos crean hábito o mono, como el chocolate, por ejemplo.

Escribe el autor del libro que nuestro organismo vive gracias al ejército de bacterias que se alimentan y viven dentro de él. Y parece, por lo que dice, que son algunas  bacterias las que mandan mensajes al cerebro pidiendo su alimento preferido. Tiene que imaginar. Las bacterias están constantemente en evolución, nacen mueren y se equilibran constantemente. Imagine las baterías que nacen en periodo de abundancia de chocolate, siempre necesitaran alimentarse de chocolate Estos alimentos son los que crean mono. Nuestro estomago a pesar de tener cerebro, nuestro segundo cerebro,  en este tema se deja llevar por el deseo de las bacterias y nos ordena comer lo que piden.

El mono, también es aplicable al hábito o deseo de fumar. La nicotina, alquitranes y otros productos contenidos en el tabaco, durante la combustión al ser fumados, son transportados por nuestra saliva, el estómago, pasan a los intestinos y es allí donde se producen bacterias especializadas que se alimentan sólo con ciertos productos, los que nos crean hábito.

Para matar a estas bacterias tenemos que dejar de alimentarlas y la única forma posible es no  comiendo los productos que nos piden.

Con el mono de tabaco, no era un blandengue cuando no podía dejar de fumar, era mi cerebro que, seguramente, tenía compasión por las bacterias y me ordenaba fumar para seguir alimentándolas.

Qué hice, sin saber que tenía que matarlas,  matarlas de hambre, fumando muchos pitillos sin sustancia alimenticia.

Pasen un feliz día.

Una historia.

Muchos de mis amigos conocen que viví nueve años en Buenos Aires, Argentina. Para los que no lo conocen, y para los sí, Argentina me dejó recuerdos imborrables y consecuencia de ello  es el origen de este relato.

En Argentina todo es grande, hasta sus gentes. Puedes pensar en lo que quieras, es grande, seguro. La dimensión del país…., sólo la provincia de Buenos Aires es mayor que España. Desde Buenos Aires, sin salir del país, puedes recorrer 3.000 Km hacia el polo Sur y otros tantos hacia el polo norte. Es, por tanto, natural que en un país como Argentina encuentres lugares de una belleza increíble.

Para documentar y dar sentido la historia que quiero contar sólo me voy a referir al viaje que hice a San Carlos de Bariloche que, además de ser un lugar para esquiar de primer nivel,  tenía, hace 20 años, unos pocos miles de personas residentes,  34 hoteles, uno de ellos, el Llao Llao, muchos restaurantes, aeropuerto internacional. Tiene un lago enorme de aguas azules, fría y cristalinas, con más de 500 Km2, el Nahuel Huapi, con su monstruo Nahuelito.…

San Carlos de Bariloche se encuentra, por tanto, en tierras de Llaollao, y también es natural que me quedara ‘con la boca abierta’ viendo cómo era todo aquello.

Cuando regresé a Murcia, a mi domicilio, enclavado en la huerta, le puse de nombre, en recuerdo a Argentina, Quinta Llao-Llao.  También mi página Web, desde hace 20 años, tiene el dominio www.llao-llao.es

Ahora he construido una nueva pág web, la anterior nada tenía que ver con mi actividad de jubilado. Al construir la nueva pág. con el dominio llao-llao, con tantos dominios parecidos, el dominio llaollao, el de los helados, tiene más de cuarenta pág, circulando por la red, era imposible encontrar el mío, pueden comprobarlo. He decidido hacer visible en la Red mi dominio con un sub dominio y otro nombre ‘blog de pepe arnau.llao-llao.es’.

Ahí me encontraran si es su deseo. Si entran ahora  tropezarán con una imagen de portada, provisional, cuyo objeto es que vean el árbol que segrega, en forma de bolas, la sustancia dulce, muy dulce, que los indios mapuches llaman llaollao y también pan de indio.

Todas las entradas, menos esta, son relatos ya publicados, cuyo objeto ha sido poner contenido. Me falta comprobar el apartado de comentarios, los que tenéis que poner vosotros.

Esta pequeña historia es la historia de mi llao-llao.

Tangan un hermoso día.

Nota:

La palabra Llao-Llao puede ser.

Un hongo, comestible originario de Argentina y Chile. Una localidad, Villa Llao-Llao. Un hotel, Hotel Llao-Llao. Una península, Península  Llao-Llao. Un idioma, en lengua mapuche, muy rico o muy dulce (Todo en Argentina) Un helado, Llaollao, en España.

Comenzamos

Hoy es mi primer intento de ‘macear’ las teclas. No es que tenga nada premeditado que contar pero no me preocupa. He leído, no sé dónde, que lo importante, cuando escribes, no es lo que cuentas, sino como lo cuentas. Y es posible que sea verdad. Me ocurre, a veces, que me centro más,  y disfruto más, en la forma de contar  que con la historia que cuenta.

No sé si conocen, de Don Jacinto Benavente,  Los intereses creados, donde cuenta, que una sentencia acusatoria se trueca en exculpatoria, con la simple transposición de una coma. En otro escrito, tengo dudas si es suyo,  dirigido a tres hermanas. Los escritos son exactamente iguales y a cada hermana le dice cosas diferentes por el  hecho de transponer  las comas.

Hoy he entrado en Facebook y me encuentro con infinidad de saludos y comentarios  y, como siempre, me han encantado, gracias!!

De este largo tiempo de ausencia tengo para escribir una historia de varios volúmenes  pero lo iré deslizando y contando de a poco. Pueden imaginar, mi actividad física ha sido mínima no así mi actividad cerebral que, para contarlo mejor, ha sido una locomotora cuesta abajo y sin frenos.

Pasen un hermoso día

Cocina y discoteca

Como he contado en alguna ocasión mi cocina es el centro de operaciones de la Quinta Llao-Llao. Cenicienta de la vivienda, ha conquistado metas increíbles. Además de ser centro de distribución de saludos virtuales a todos mis amigos, funciona como cocina, comedor, sala de reuniones, cafetería, bar de copas, biblioteca, sala de lectura, escritura y meditación, oficina contable, sala multimedia, centro musical y teatro cinema. Es, con mucho, mi lugar preferido. Es ‘un todo en uno’, como una navaja sueca en la que además de navaja incorpora otras herramientas impensables.

Existe un mundo de extrañas rarezas y esta es una más, aunque, personalmente, me siento de lo más normal y práctico. No es fácil explicar, con mediana claridad, la razón de ‘tener todo’ en la cocina siendo mi vivienda grande, confortable y decentemente amueblada.

La cocina se encuentra en la parte posterior de la vivienda, al norte, es una parte noble, con un jardín de césped con olivos centenarios y palmeras.