Algunos días, como hoy, a la hora de ponerme ante el teclado no sé que dirección va a tomar ni él ni yo. En esta situación paso un buen rato ‘tonteando’ con las teclas y borrando. Al final siempre terminamos enganchados a alguna cuestión, aunque he de confesar que no siempre con éxito.
Ah, si…esta mañana, para el almuerzo, me he preparado una tortilla de ajos tiernos con lomos de boquerones y estaba para chuparse los dedos. Sí, ahora hay ajos tiernos todo el año. Imagino que alguien que me pueda leer pensará que soy ‘rarete’ y, seguramente tendrá razón porque así, a simple vista, parece raro mezclar ajos y boquerones, pero es lo que tiene la cocina experimental, le puede parecer rara a todos menos al autor.
Aparece en mi mente, por lo raro, un plato sencillo y primitivo y alguno de mis lectores apreciará saber que la receta más antigua que se conserva es un guiso de berenjenas.
Nefertiti, la reina y bella egipcia le escribe a su faraón ausente: ‘’Me alimento con berenjenas para mantenerme ardiente esperando tu regreso, amado mío. Tu ausencia se me hace cada día más cruel’’. Los egipcios consideraban las berenjenas un alimento afrodisiaco y la bella reina explica que las pone en agua para que pierdan el amargor, luego las fríe y las adereza con jengibre y ajo picado.
Les explico un poquito para que entiendan este embrollo de las berenjenas. Bertevin fue un clérigo francés muy andariego e inquieto que dejó escrita una gran relación de chismes.
En una de sus crónicas cuenta que Unfredo IV, rey de Ultramar, ‘tenía una natura tal que, al quitarse el calzón en la sala de tablas, era como si se le descolgara un raposo muerto y sus gónadas no eran menores que berenjenas de simiente.
La sala de tablas es el baño en los castillos medievales, un cuarto pegado a la cocina caldeado por radiación de ésta en el que se aseaban por turnos, primero las damas y luego los caballeros y aquí cobró fama la natura de D. Unfredo IV hasta el punto que más de media docena de casadas……
Tengan un hermoso día.
En mi Quinta 30-05-2023