Ayer me encontraba concentrado en la confección del ‘relato del día’ cuando descubrir, era casi mediodía, que teníamos un maravilloso día, soleado, calmo y oliendo a primavera.
Se me ocurrió, a pesar de la hora, salir con mi equipo de trabajo a la calle a disfrutar del momento. En la calle dispongo de un ‘sitio’ con todo lo indispensable para refugiarme en verano y en este tiempo, con el tiempo de ayer, resulta agradable.
Cuando me disponía a seguir con mi tarea, un mirlo se posó en uno de los cables de conducción eléctrica existente a diez o doce metros de distancia de donde me encontraba.
Fue un largo espectáculo escuchando de su variadísimo repertorio cuyo fin, creo, es decirles a las mirlas de las cercanías que tiene un plumaje espectacular, que canta como nadie, es bonito y el mejor. Fue interrumpido varias veces por la presencia, siempre, de una mirla.
Aquí empieza mi error. El mirlo, en contra de lo que creía, se bajaba del lugar del concierto al suelo junto a la mirla para disfrutarla. Se subía, nuevamente, al cable y seguía con su repertorio que, ya le digo, era maravilloso. Al poco rato aparece otra mirla, y la misma operación, bajar al suelo, ‘disfrutar’ de ella para, a continuación, otra vez al cable y seguir con el concierto. La historia se repitió durante bastante tiempo.
Creía yo, por la cantidad de nidos que he visto, todos en tiempos del hambre, que los mirlos cuando elegían a su compañera eran fieles a ella y lo mismo ella a él. Porque lo visto es un caso de infidelidad consentida y feliz.
Se relaciona todo con una noticia difundida por la prensa. De cómo los humanos, algunos, buscan la felicidad de forma parecida.
Según los resultados de una encuesta realizada para esclarecer esta cuestión, las mujeres, en su mayoría, dicen que lo hacen porque su pareja es poco cariñosa, no le dice cosas bonitas y le presta poca atención. Aunque esta tarea siempre es compartida, al otro no lo menciono intencionadamente, es pariente del mirlo.
Los hoteles han descubierto que si alquila las habitaciones por horas la curva de ingresos, por alojamiento, se mantiene estable todo el año.
Qué negocios, oiga. El negocio es el negocio. Vamos a mejor.
Tengan un hermoso día
En mi Qinta11-05-2024