No sé si nos ocurrirá a todos. Yo siempre encuentro razones para refunfuñar. Ayer el tiempo era desapacible y, no sin razón, refunfuñé todo el día. Hoy el tiempo es calmo y soleado. A lo mejor les cuesta creerlo, he salido a la calle y a los pocos minutos estaba reclamando un sombrero que me protegiera. Qué calor.
Así es todo, siempre estamos descontentos. Las alineaciones que los técnicos y entrenadores, confeccionan para enfrentarse al, no sé por qué se dice enemigo, partido de turno es criticado hasta la extenuación por sus propios seguidores y puede ser un disparate de protestas si la suerte, además de jugar mejor, no les acompaña y pierde.
Los matrimonios, tema delicado y puedo salir desplumado, muchos de ellos tienen desacuerdos permanentes y tan grandes que los vecinos los conocen, siempre andan a los gritos con dimes y diretes.
En política, jaja, todos discuten, gritan y en algunos casos, llegan a las manos. Todos pelean y gritan por lo mismo, quieren que sus votantes vivan en una sociedad mejor y más equitativa, con más de todo, trabajando menos. Algunos son tan irrespetuosos con la sociedad que les votó, que incumplen las normas que establecieron como mejores, la misma sociedad y gobiernos anteriores. Ya les digo.
A la Naturaleza puedo entender que no la entienda, aunque me cueste, porque se encuentra a merced de infinito número de fenómenos imaginables y nos sorprende cada día. Pero coño, a los políticos se les elige, y todos, menos unos pocos, están en desacuerdo con él. Sus funciones son muy concretas, defender nuestra patria, sus leyes, ser neutral ante la justicia y mejorar la economía y la vida de sus ciudadanos. Sí, ya sé, se elige para muchas más cosas pero no para destruir lo que hemos construido entre todos, a excepción de cuatro pelagatos.
Lo que era normal en nuestra sociedad, o así lo entendíamos los ciudadanos, ahora resulta ser, para los cuatro pelagatos, una barbaridad. Ya les digo.
Me cuesta pensar, y no creo, que los pela gatos seamos la gran mayoría, o sí?
Tengan un hermoso día.