Esta mañana, como tantas otras, me enfrento con el ordenador sin conocer, todavía, su lado fácil, si es que lo tiene, que me permita escribir un relato medianamente interesante.
De acuerdo con lo que pregonan algunos escritores, para escribir no hay que preocuparse de qué vas a escribir y hacerlo con libertad de pensamiento. Hay que ser libre y escribir de acuerdo con tu pensamiento. Hay que dejar que la mente se ‘esperece’ antes de comenzar a escribir y después iniciar el relato con lo que libre y serenamente ‘transite por tu mente’. Visto así parece facilón pero trasladar el pensamiento a palabras es otro cantar. A mí, particularmente, no me parece fácil escribir lo que pienso porque en la mayoría de mis relatos, mientras escribo, mi mente puede recorrer espacios siderales. Imagino que lo han detectado.
El disfrute al escribir consiste en ir colocando las palabras como si estuviera construyendo un gigantesco puzle y sus componentes, palabras, he de construir yo mismo. Es mejor, disponer de un gran depósito, cuanto más grande mejor, de palabras ya construidas para poder elegir la más apropiada, como ocurre en los puzles. Miguel de Cervantes, para que se hagan una idea, utilizó 23.000 palabras diferentes para escribir nuestro Quijote de la Mancha dando así idea del depósito de palabras que debía tener. Ya les digo, escribir es una gozada.
También es verdad que para que el depósito de palabras sea cada día mejor, rico, variado y más grande, hay que leer mucho. Si lo hacemos de forma regular escribiremos y pensaremos cada día mejor.
Tengan un hermoso día.
En mi Quinta 05-02-2022