Seguir jugando

En las puertas de un nuevo año, cómo no pensar, que soy un año mayor. Envejecer físicamente es natural y lo noto, entre otras, porque me levanto todos los días con achaques que no tenia hace diez años. Y más cosas que no cuento. Es una puñeteria que, contra la vejez, no pueda lucharse.

Recuerdo el pensamiento de no sé qué sabio, que dijo: ‘No dejamos de jugar porque nos hacemos viejos, nos hacemos viejos porque dejamos de jugar’ y, seguramente, si era sabio, tenia razón. Cómo no va a tener razón, era sabio.

Tenemos que ir ‘acomodándonos’, poco a poco, a modo de ejercicio, a cada uno de los años de nuestra vida. Pensar en cómo era nuestra vida a los treinta años y pasar ‘de golpe’, a pensar en nuestra vida ahora, a los 90, es verdaderamente fuerte y de difícil asimilación.

La vida, estimados amigos, es hermosas y puñetera y nos ‘engatusa’ con todas las cosas bonitas que tiene para que, sin sentir, cumplamos con nuestra misión, la misma que todos los seres vivos de la Tierra, crecer y reproducirse.

Feliz año 2024.

En mi Quinta. 30-12-2023

Blog de pepe arnau

El poder de la imaginación.

Hace algún tiempo publiqué un relato donde quise explicar una fantasía, tengo muchas, que mantuve durante algún tiempo. Se trataba de construir un jardín con veinte zonas de 5.000 m2. cada una para solo una clase de planta. Zonas de plantas autóctonas y otras de plantas exóticas, o raras, que pudieran vivir y reproducirse aquí.

Sa trataba de hacer un jardín que fuera atractivo visitar para pasear y fotografiar y, además, poder usarlo para eventos. Un paraíso.

No puedo explicar lo feliz que fui durante los días, y fueron muchos, que estuve ocupado en el diseño de las parcelas, senderos, caminos, fuentes, canales, edificaciones de servicios, restaurantes, lugares de vigilancia y un sinfín de otras necesidades, todas, pura imaginación.

Cuando, por fin, desperté de este sueño, con los pies en la tierra, hice mis cuentas y sólo tenia el terreno. Me faltaba el dinero para todo lo demás que, podéis imaginar, era una cantidad enorme. ¡Ah!, me dije, sin problemas, a jugar al Euromillones y jugué…y no, no me tocó, pero disfruté como un enano durante todo el tiempo que duró el sueño.

De entre mis amigos que lean este relato los habrá que pensarán en la ‘chifladura’ o ‘cacao mental’ del autor.

Antes de llegar a esta conclusión piense en las cosas que ‘inventa’ su imaginación para hacerle feliz y también para hacerlo no feliz, elija el que más le convenga y tenga el valor de contarlo.

Tengan un hermoso día.

En mi Quita 29-12-2023.

Blog de pepe arnau

Objetivos

Hoy, después de leer los diarios, y que todos terminan el año como lo comenzaron, infectados de cosas, he decidido no hacer comentarios. Y mira que hay tela, ¿eh?

El año se nos escapa y estoy seguro de que todos estamos pensando lo mismo. Los objetivos que nos marcamos conseguir en el presente año y no se han cumplido, a estas alturas, es difícil que se cumplan.

Como siempre ha habido hombres ilustres, a uno de ellos, muy lúcido, se le ocurrió inventar la reprogramación y gracias a esto podemos comenzar el año nuevo con la misma ilusión que comenzamos el que termina. Marquémonos nuevos objetivos.

Todas las personas de mundo, casi nueve mil millones, tenemos objetivos diferentes. Es fácil imaginar la imposibilidad de que se puedan cumplir los objetivos de todas las personas y, además, verlo con normalidad. Si nuestros objetivos no se cumplieron totalmente es porque pertenecemos al enorme grupo de personas que no los alcanzaron y esto nos debe dar tranquilidad y no pensar que somos unos ‘manirrotos’ o que caminamos por la vida, con las ‘manos abiertas’, haciendo gastos innecesarios.

Todas las grandes obras, como nuestra vida, tienen gastos imprevistos.

Tengan un hermoso día.

Feliz Año 2024

En mi Quinta 28-12-2023

Blog de pepe arnau

Lo peor……no llegar.

Hoy voy a dedicar a escribir como una persona mayor, porque lo soy. En las visitas a mi RR. SS. nunca encuentro comentarios referidos a la vejez realizado por mayores, siempre son, no mayores, hablando de mayores.

Las personas mayores tenemos muchas cosas que contar. Puede imaginar, muchos años viendo y oyendo “de tò”.

A mis queridos colegas, los jubilados, decirles (como si no lo supieran) que la vejez es un regalo de la vida, un camino que tenemos que recorrer, aunque nos guste menos. Peor, mucho peor es, casi siempre, no llegar.

Cuando envejecemos aparecen una serie nueva de problemas y necesidades porque todo nuestro cuerpo se debilita. Oímos mal, primer problema para relacionarnos con nuestro entorno y comienzo de nuestro aislamiento. Comienzo de nuestra desinformación. No estamos al día de los chismes que circulan por nuestro entorno con los que podríamos, a través de ellos, relacionarnos con nuestra familia y amigos. Si no oímos nos transformamos, con el tiempo, en misántropos, no hablamos.

Y aparece un nuevo recurso a nuestro alcance, hablar para nosotros, sólo para nosotros, en silencio, y aquí comienzan nuevos problemas.

Tengo, conmigo mismo, temas de conversación muy recurrentes, una manía, que aparecen con frecuencia. Como siempre ‘discuto’ estos temas en el mismo escenario y con los mismos elementos, siempre llego a los mismos resultados. Bueno pues, aun así, sabiendo el resultado a priori, son frecuentes en mis horas de vigilia y ‘machaco el sueño’ a cambio de nada. Sí, soy raro, pero a lo mejor no tanto como parece porque, seguro, le ocurre a mucha más gente. No me creo, en nada, diferente a mis colegas. Si el sueño fuera una imposición nocturna, que durmiéramos desde el momento que nos acostamos hasta la hora de levantarnos, la vejez seria más lenta, dulce, e incluso, deseable pensando que todos los días, por la mañana, además de tener buen humor podíamos caminar con agilidad y practicar una vida llena de amistad y afectos.

Porque esa es otra, como no dormimos, cuando amanece el día, agotados como estamos, nos levantamos muy temprano para pasar el día, sí, todo el día, en el sofá mirando anuncios en la TV que es el mayor desastre mental que existe. Es tal la cantidad de información que deberíamos procesar para estar bien informados que dada nuestra lentitud de proceso al final terminamos con la mente ‘’flotando’’ no entendiendo nada y agotados.

La falta de ejercicio, de cualquier clase, nos hace ser, cada día, más dependientes del sofá y al final tenemos problemas de movilidad, las articulaciones se deforman y comenzamos a sentirnos inútiles. Porque, aunque estemos sentados en un mullido sofá, nuestro cuerpo se encuentra confortablemente doblado en varios puntos dificultando la circulación natural de la sangre. Las piernas, caderas y cuello son los más afectados, pero en general es afectado todo el cuerpo.

 A las personas mayores nos cuelgan, o nos colgamos, muchos San Benitos. El más pernicioso, y a la vez más necesario, es la esclavitud de los medicamentos. ¿Los horarios, los alimentos, los medicamentos…he tomado la pastilla? A mí, y pongo mucho empeño, se me olvida con cierta frecuencia y tengo que recuperarla en la comida siguiente. También es doloroso saber que las pastillas, ninguna te cura la enfermedad, te mantienen mientras continúas consumiéndolas. Sí puede imaginar una pastilla que cure una enfermedad también puede imaginar la ruina de los laboratorios, se quedarían sin clientes buenos y rentables. Yo estoy tomando varias pastillas diarias durante años, que no me curan, ya le digo, pero me mantienen vivo, y las seguiré tomando hasta el último día, cuando ni las pastillas, puedan remediarlo.

En relación con este tema, lo que estoy haciendo, y pienso que debíamos de hacer todas las personas mayores, es poner voluntad para, todos los días al levantarnos, iniciar una serie de sencillos ejercicios para corregir los defectos que nos produce nuestra actual forma de vida.

Finalmente, si no recuperamos el movimiento de forma natural, o incluso con ayuda, estamos firmando nuestra postración. Es triste que antes del final nos quedemos hechos un cuatro.

Como nuestro mundo es diferente al resto de nuestra familia porque tenemos dificultades para todo y ellos no, nos ocurren cosas que ni se te ocurrieron antes, cuando tus padres se encontraban en situación ‘de mayores’.  Una de las cosas más perniciosas que nos ocurre es que ‘como somos mayores’ y nuestro mundo es cada vez más reducido el resto de familia habla poco con nosotros, tenemos poco de aportarles, somos antiguos. Recordarán las películas del Oeste Americano donde indios, el jefe era el más viejo de su Comunidad y pedían su consejo para casi todo, el consejo del más experimentado que era el más viejo. Ahora no. Las RRSS dan respuesta y consejo a cualquier conflicto. Como hablamos poco porque nuestra experiencia de vida no le sirve a nadie, aparece otro desastre. No nos entienden, la voz de no hablar durante periodos largos de tiempo se distorsiona hasta el punto de no entendernos ni nosotros mismos. ¡¡Qué desastre!!

Otra calamidad, ninguna calamidad es pequeña, cuando necesitamos escribir, que no es frecuente en nuestra situación, lo hacemos ‘a mano’ como siempre lo hemos hecho, limpia y pulcramente. Antes de seguir les quiero hacer una confesión. Diez minutos después de hacer el escrito ni yo mismo entiendo lo que escribí. Las letras que siempre han disfrutado de sus especio, ahora, unas se chocan, o se montan, con las otras y al final sólo ves un ‘barullo’ de letras de difícil entendimiento. ¡¡Qué desastre!!

La Naturaleza, ante la posibilidad de que careciéramos de alimento cuando lo necesitamos, estableció que la energía sobrante entre lo que comemos y lo que gastamos se almacene en forma de grasa para su uso posterior en previsión de que cuando necesitemos energía no dispongamos de alimentos. Esto se estableció en tiempos de nuestros ancestros donde la alimentación no siempre era fácil ni segura. En la actualidad, para la mayoría, los alimentos los encontramos con facilidad y como seguimos guardando y no gastando……otro desastre. Por eso la mayoría de las personas mayores tenemos sobre peso.

¿Qué es lo que tendríamos que hacer? Regular o ajustar la ingesta de alimentos de acuerdo con nuestras necesidades que, como ven, son mínimas, no damos ‘palo al agua’. 

Eso es lo que tendríamos que hacer, pero como estamos acostumbrados, desde siempre, a llenar el estómago, seguimos, tranquilamente, llenándolo y engordando. Las piernas se resienten, el corazón que se encuentra, permanentemente, sometido a trabajos forzados se resiente y lo peor de todo, si este motorcito no funciona con normalidad nada de nuestro organismo lo hará.

Otra estupidez que cometemos, una gran mayoría, es no beber agua sin tener sed. Las personas que desarrollan su trabajo en oficinas con aire acondicionado, que no sudan, la ingesta de agua es muy poca, nunca tienen sed.

Nuestro organismo está compuesto por multitud de órganos, ¡qué le voy a decir que no sepa!, y células viven en un medio acuoso y nunca limpio del todo. Las células, igual que nosotros, si no comen se mueren y si no hacen ‘popó’ también. Las células, como digo, comen y hacen ‘popó’ en el mismo lugar y si no lo limpiamos, bebiendo agua, mucha agua, se comen su propia caquita y enferman. Y nosotros, que somos un montón de células, muchas de ellas con manías, cuando enferman también enfermamos. Las células no se mueven, son sésiles.

Cuando compramos el primer coche, o moto, lo primero que hacemos es leer las instrucciones de uso y especialmente las referidas al cuidado del motor. Lo hacemos tan atentos, con tanta atención, que con la a primera lectura se nos quedan grabadas. Cambio de aceite cada 4.000 Km, cambio de bujías cada 16.000 Km, cambio de cubiertas cada 66.000 Km. y lo hacemos puntualmente en cada uno de los tramos recomendados. Pretendemos, con estas actuaciones, que el vehículo no detenga su marcha y que además de seguridad y economía nos dure una eternidad.

A nuestro cuerpo, nuestro vehículo, nos dice la Ciencia, que ‘anualmente’, como mínimo, tenemos que acudir al Consultorio para que nos realicen una revisión general de todos nuestros mecanismos. A pesar de tener un montón de bisaras chirriando y jugos de engrase que revisar, no vamos porque, aunque no duermo bien, el oído parece que se ha recuperado, la cabeza ya me duele menos y las rodillas, aunque me duelen, parece que van mejor. ¿Qué le parece? Es lo que hacemos casi todos. Pero eso no es todo. A nuestro amigo el perro cuando tiene algún problema, por insignificante que sea, acudimos sin demora al veterinario. Lo queremos más que a nosotros mismos y tenemos la obligación de cuidarlo.

Somos un desastre a pesar de ser, dicen, los más inteligentes.

Tengan un hermoso día.

En mi Quinta 20-12-2023

Mis vacaciones

Después de meses, y más meses, sin utilizar la escritura como desahogo espiritual, vuelvo a conectarme con el teclado. No tengo, en este momento, ni la menor idea de lo que voy a escribir.

Cuando las personas se hacen mayores, con frecuencia, cambian sus prioridades y lo que hoy es lo primero mañana puede ser lo último.

Hasta hace unos meses mi actividad principal era la lectura, aunque en este momento no tenga conciencia de lo leído. A veces ordeno, atuso y mimo a mi pequeña biblioteca pensando que, si disfruto con esta noble tarea, ella, en algún lugar debe estar dotada de sensores para sentir lo mismo. Cómo se puede entender que el soporte de tanto conocimiento no participe de él, sería una injusticia. ¿Puede imaginar a un panadero, haciendo pan, morir de hambre?

Se estarán preguntado, imagino, a qué he dedicado tanto tiempo. La respuesta es simple, ‘a nada’. Sí, a ‘nada’. A estar en la calle, fuera de la casa. A tomar el sol o la sombra. ¿Qué es aburrido?, sí, y qué. No tengo nada que hacer. Y es que, amigos, no tener nada que hacer, es ‘la repera’.

Pero quiero contarles que no leer, o escribir, también tiene sus ventajas, aunque estas sean físicas. Las muchas horas de lectura originaba que las mejillas, o carrillos, se descolgaran y que mi aspecto fuera un poco siniestro y no es que me importe mucho pero también y, esto es importante, las vértebras cervicales, el atlas o el axis, me dolían creando una gran incomodidad.

Ahora, con el invierno llamando a la puerta, comienza en unos días, a pesar de que apunta a templado no deja de ser misterioso. El invierno es una buena estación para comenzar, de nuevo, a ‘manosear’ libros y leer, y, mejor, releer. Supongo que también a vosotros os ocurrirá. Tengo algunos libros pendientes de releer. Algunos los he releído varias veces y siempre encuentro ‘algo nuevo’. Son libros que, por la historia que cuentan, unas veces, y otras, por cómo la cuentan, hacen que su lectura sea un disfrute.

Tengan un hermoso día.

En mi Quinta 19-12-2023