Antes y después.

Antes, veinte años atrás, los aficionados a escribir, que siempre han existido, guardaban sus manuscritos hasta que algún editor se atreviera a publicarlo, Era raro, y ser muy bueno, el que conseguía que sus manuscritos fueran publicados.

No he escrito un libro, lo de plantar un árbol y tener un hijo si, ni puedo aspirar a semejante honor, pero entiendo que su construcción necesita de un complejo anteproyecto.

Desde que se popularizó internet, no existen manuscritos, todo se escribe con el teclado y se guarda en la Red. Es más, se nos ha olvidado manuscribir hasta el punto de que nadie, ni nosotros, entiende lo que manuscribimos.

Con internet, y sus posibilidades, nos hemos transformado, por arte de magia, en escritores, editores y distribuidores de nuestros propios trabajos.

Qué lástima que esta poderosa, y rápida, herramienta no hubiera existido en nuestra época o ‘tiempo de novios’. En mi época, y en mi pueblo, ya existía el teléfono de manivela pero no era habitual, ni normal, que en las casas particulares, que es donde se encontraban las novias en aquella época, hubiera un teléfono y los ‘dimes y diretes’ que, entre novios separados son muchísimos, había que tratarlos por escrito.

Las personas que me lean y hayan pasado por este ‘trance’ entenderán, mejor que nadie, ‘el desasosiego’ que produce encontrarse con la ‘necesidad permanente’ de comunicación con tu novia y pasar días y días, con duración de un siglo, sin conseguirlo.

Tengan un hermoso día.

En mi Quinta 08-03-2024

bloc de pepe arnau

Sin remedio

Hoy si es un hermoso día, uno de los míos. He estado tomando el sol, he cerrado los ojos y en un estado de verdadera paz he estado pensando en mi anterior relato. Ya saben cómo es esto, sin ningún propósito, aparecen en nuestra mente pensamientos, todos, a cámara lenta, que, en muchos casos, transitan sin dejar huella, pero algunos se quedan ‘enganchados’ y a ellos le dedicamos un tiempo de ‘manoseo’ y duda. En este sentido, con relación a mi anterior relato,  ….tenía que haber desarrollado más este o aquel párrafo o tenía que haber incluido ‘lo esto y lo otro’.

En la situación que me encontraba, en el séptimo cielo, no sé cómo explícalo, mi mente es flotante y van desfilando por ella infinidad de pensamientos, algunos estúpidos, sin orden ni conexión entre ellos.

Uno de ellos, pido disculpas, he estado pensando si un huertano, como yo, es igual de ciudadano que el administrativo que vive en la ciudad, a pesar de que ciudadanos somos todas las personas que vivimos en el país.

A pesar de esto, sigo pensando que los habitantes de una ciudad son más ciudadanos que los que vivimos en la huerta.

También es diferente el estilo de vida que practicamos. Los ciudadanos de la ciudad, por ejemplo, utilizan, a diario, un vestuario para la calle y otro, diferente y más cómodo, para estar en casa. Los ciudadanos de la huerta, como la vivienda y calle son el mismo lugar, siempre, nuestra vestimenta es cómoda.

Este detalle explicaría una parte de su atractivo, pero existen otros por lo que la huerta nos atrae, nos relaja.  Formamos parte de una comunidad viviente y equilibrada, donde cada uno de sus habitantes hace la vida que la naturaleza le ha adjudicado. Así de sencillo y así de fácil y nadie critica lo que hacen los otros.

Tengan un hermoso día.

En mi Quinta 06-03-2024

blog de pepe arnau

Buenos días, Huerta.

En los refranes ‘si lo sé no vengo’ y ‘me he equivocado de carrera’ nos apoyamos una mayoría de personas a lo largo de la aventura de nuestra vida.

Para componer un relato, a veces, tengo que exprimir, lo indecible, la imaginación para encontrar una rendija por donde entrar en materia.

Si me hubiera dedicado al periodismo escrito, el radiofónico ni se me ocurre, soy muy torpón, lo de construir relatos seria como andar por casa. Es más, podría escribir varios cada día y mi tiempo siempre seria ‘productivo’.

De la prensa de hoy, y todos los días, salen chispas de todas sus páginas. Todo se encuentra ‘endemoniao’. Todos en contra de todos. Pero no, no voy a intoxicar mi relato, hoy me voy a apoyar en la Naturaleza, que desde siempre es sabia, grande y madre de todas las vidas.

Por anteriores relatos, casi todos mis amigos conocen que vivo en la huerta de Murcia, en el centro de todo: silencio, sol, aire sano, pájaros, muchos árboles y bichos, muchos bichos y bichitos, de todos los colores y tamaños. Es un mundo en el que, a mi entender, el más raro soy yo.

He de añadir que tuve la suerte de nacer en la Huerta y que ella es, para mí, el mejor lugar para desarrollar la vida, a pesar de no poder demostrar si pensaría lo mismo si mi llegada a este mundo hubiera sido en un edificio, de una gran ciudad, en la que apenas entrara el sol, la luna ni las estrellas.

Una de las maravillas que, desde siempre, han asombrado a los humanos, y no es la única, es mirar el Sol, la Luna y las estrellas con los pies en la tierra. Este sencillo acto, mirar la Luna con los pies en la tierra, tierra, está reservado, mayormente, a los huertanos.

Científicamente, el aire puro es un remedio fabuloso y el más natural que conocemos y en este sentido está demostrado que en las zonas boscosas muere menos gente de cáncer. Se puede afirmar que las copas de los árboles son centrales emisoras, que el aire puro contiene ‘elementos anticancerígenos’ y respirar allí tiene el efecto de un elixir curativo.

Este efecto sanador, en alguna medida, también ocurre en la huerta. En la huerta todo ocurre más lento, las horas parecen más largas, duran más y raramente vives la presión de la prisa. Todo es más natural y por eso, creo, que la ciudad, a pesar de que hay de todo, mucho ruido y aire contaminado, ningún huertano cree que es un lugar de deseo.

Pasen un hermoso día.

En mi Quinta, 04-03-2024

blog de pepe arnau