Hace algún tiempo publiqué un relato donde quise explicar una fantasía, tengo muchas, que mantuve durante algún tiempo. Se trataba de construir un jardín con veinte zonas de 5.000 m2. cada una para solo una clase de planta. Zonas de plantas autóctonas y otras de plantas exóticas, o raras, que pudieran vivir y reproducirse aquí.
Sa trataba de hacer un jardín que fuera atractivo visitar para pasear y fotografiar y, además, poder usarlo para eventos. Un paraíso.
No puedo explicar lo feliz que fui durante los días, y fueron muchos, que estuve ocupado en el diseño de las parcelas, senderos, caminos, fuentes, canales, edificaciones de servicios, restaurantes, lugares de vigilancia y un sinfín de otras necesidades, todas, pura imaginación.
Cuando, por fin, desperté de este sueño, con los pies en la tierra, hice mis cuentas y sólo tenia el terreno. Me faltaba el dinero para todo lo demás que, podéis imaginar, era una cantidad enorme. ¡Ah!, me dije, sin problemas, a jugar al Euromillones y jugué…y no, no me tocó, pero disfruté como un enano durante todo el tiempo que duró el sueño.
De entre mis amigos que lean este relato los habrá que pensarán en la ‘chifladura’ o ‘cacao mental’ del autor.
Antes de llegar a esta conclusión piense en las cosas que ‘inventa’ su imaginación para hacerle feliz y también para hacerlo no feliz, elija el que más le convenga y tenga el valor de contarlo.
Tengan un hermoso día.
En mi Quita 29-12-2023.
Blog de pepe arnau