La tecnología

Hace algún tiempo publiqué un relato en el que explicaba, según creía, cómo se desarrollaría, o sería, el futuro tecnológico con la aplicación y uso de la tecnología 5g o Internet de las cosas.

Todo lo que contaba era futuro. Ya ha llegado el futuro, está con nosotros. Mañana será otro.

La pandemia, además de enfermarnos, nos ha obligado a acelerar el futuro por nuevas necesidades imposibles de atender de otra forma. Nos hemos acostumbrado a usar la tecnología de la forma más natural que existe. La tecnología nos esperaba, y nosotros la hemos ido aceptando de forma natural. Todos hemos deseado tener un teléfono móvil en algún momento. Nadie puede imaginar, en su totalidad, cómo hubiera sido el encierro provocado por la pandemia si no hubiéramos tenido las RR.SS y el teléfono móvil y, lo más importante, lo que no vemos ni imaginamos, una red de enlaces que ha podido soportar este inmenso tráfico con calidad y seguridad, sin pestañear.

Para muchas personas, acostumbradas a no asombrarse de nada, seguramente, no se les ocurre pensar que el teléfono móvil, para poder usarlo, necesita otro teléfono móvil en cualquier lugar del mundo, y una red de enlaces capaz de conectarlos de forma automática.

Tengo un conocido, escalador, que cuando se encuentra escalando el Monte Everest (Nepal) 8.848,86 mt. que si, cuando lo llamo, puedo verlo y hablar con él es porque desde mi casa hasta el Everest , aunque le cueste creerlo, siempre hay un enlace libre para que cuando sea necesario, como en este caso, se pueda establecer la comunicación a través de satélite, radio o fibra óptica, con la velocidad (antes Banda Ancha y ahora 5g (quinta generación)) necesaria para poder transmitir imagen y sonido simultaneo. Impensable hasta ahora.

El tele trabajo, impuesto por la pandemia, es una actividad que se puede realizar, a cualquier hora, desde casa o desde cualquier lugar del mundo, gracias a grandes Centros de Datos, llamados Nube, donde guardar nuestros datos y recuperarlos, desde cualquier lugar del mundo, en el momento que deseemos tele-trabajar. Ya existe tele-trabajadores en lugares paradisíacos en lugar de hacerlo desde su domicilio.

‘Internet de las cosas’ es el nombre que se ha dado a la red 5g. Esta red se conectará con las cosas de nuestro domicilio o, mejor dicho, las cosas se conectaran a esta red. Por ejemplo, si tiene conectado el coche a esta red, podrá preguntarle, desde su teléfono móvil, una serie de datos, antes de emprender el viaje, que le asegure que el coche no tiene problemas de funcionamiento, incluso, la presión de los neumáticos. Lo peor, el coche se conectará con Vd. para informarle de cualquier problema que aparezca. Si, por ejemplo, durante la noche se desinfla un neumático, antes de que se levante de la cama, le avisará para que acuda en traje de faena.

Cuando el ascensor no funcione, el ascensor le contará la intemerata para convencerlo de que se encuentra fuera de servicio y que lo mejor, para Vd., es que viaje por la escalera.

El frigorífico, lugar íntimo, le informará que el jamón, tanto el serrano como el jabugo, se ha terminado y las existencias de queso, chorizos y mortadela de aceitunas se encuentran al mínimo y, ni corto ni perezoso, le dirá que va a llamar al supermercado para reponer, sin que Vd. pueda impedirlo.

Por el teléfono móvil, recibirá información, a la hora que Vd. haya establecido, de la temperatura de su vivienda y le preguntará si la activa para cuando Vd. llegue se encuentre a temperatura deseada.

No me diga que no va ser más feliz. Hombre, primero tengo que acostumbrarme a oír voces sinceras, las de mis cosas, y cuando me digan algo no tendré que pensar si es verdad o mentira y nuestras charlas serán amigables. Cuando la aspiradora me diga, por ejemplo, que tiene el filtro con mucha caquina y no puede limpiar bien, en vez de renegar lo limpiaré. También veo atractivo que mis cosas y yo hablemos coloquialmente. Por qué no va ser interesante que pueda charlar amigable y coloquialmente, como uno más de la familia, con el horno, la TV, el frigorífico, la fregona, la aspiradora, etc.

Hoy es el futuro de ayer y también de mañana.

Pasen un hermoso día.

Desde mi Quinta 15-1-2021

Nuestros pensamientos.

Hoy es uno de esos días que me apetece contar ‘lo que sea’ para sentir el contacto con mis amigos. Cuando, como ahora, me pongo a escribir de ‘no sé qué’ me  imagino a mis amigos delante del escritorio hablando con ellos. Vuelvo ‘en mí’ cuando termino de hablar y descubro el relato. Hoy llevo un rato pensando en algo que sea contable, que me guste contar, y hasta ahora no ha aparecido.

Claro que hay infinidad de personajes de la historia que siguen entre nosotros por las hazañas que realizaron ya sean guerreras, científicas, literarias, etc. y que darían para escribir infinito número de páginas.

Creo que, a estas alturas, de lo único que me creo dueño es de mi pensamiento, a pesar de que no sea de recibo hablar de todo lo que pienso y menos, mucho menos, escribirlo.  Sí, es una rareza de la vida. Tenemos pensamientos y recuerdos que sólo nos sirven para guardarlos en nuestro particular archivo y recuperarlos, siempre que necesitemos  calentarnos la cabeza,  y volverlos  a guardar.

Pero no se asusten, esto, lo que estoy escribiendo, que pareciera que sólo me ocurre a mí, nos ocurre  a todos. Todos tenemos un archivo intimísimo y, otra curiosidad, en él todos guardamos las mismas cosas. Es una verdadera puñetería, ya les digo.

Particularmente, este archivo imaginario, me sirve como entretenimiento y poco más.  Porque fíjense, después de guardar un pensamiento, sin añadir nada nuevo, cuando nuevamente acudamos a él, si no añadirnos algo nuevo lo guardaremos con los mismos resultados. Ya les digo, únicamente nos sirve para entretenernos y mantener la temperatura de nuestra cabeza, especialmente, en las horas de vigilia que son horas más serenas, cuando nada nos distrae, que las horas de día.

No se extrañen, ni me llamen raro, si les digo que este archivo tan íntimo sólo sirve como combustible para calentarnos la cabeza y por ende, todo el cuerpo. Los hay que guiados por un pensamiento, de los malos, cometen atrocidades.

Tengan un hermoso día.

En mi Quinta 10-1-2021

www: blog de pepe arnau

Joder, qué día.

Es un día tan malo que ni poniendo el mejor de los ánimos, la mejor calefacción, mis amigos, y unas buenas migas de pan lo arreglarían. Ya le digo.

En el terreno práctico, que también suma y da confianza, no hay problema de abastecimiento.

El frigorífico, al no aparecer los Reyes Magos por aquí, tiene fondos para unos días y los otros importantes consumibles, calefacción y energía eléctrica, a pesar de no tener sol, están garantizados.

Hoy voy a dejarme de lamentos, por mal tiempo, voy a dejar mi imaginación libre para contar lo que se me ocurra procurando, eso sí, que se entienda.

Recuerdo cuando de niño iba al colegio, había días con actividades poco usuales y fuera del plan de estudios. Ante una epidemia, que las hubo, una de ella era los días de vacunación.

No era una vacunación al uso actual, con aguja y jeringuilla, era, se vacunaba, con una cuchilla en la que previamente habían empapado con la vacuna y con la que te hacían una raja, sí, raja, en el brazo y de esta forma te inoculaban la vacuna.

De aquella forma de vacunar guardo, aun hoy, una hermosa cicatriz. Parece, por lo que he leído, ya saben, desde que contamos con la facilidad de las RR.SS. para contar cosas, todo el mundo contamos, leemos y escuchamos.

Como les decía, he leído que los que tenemos  la cicatriz, todavía poseemos anticuerpos para detener la marcha del corona-virus, aunque, viniendo de donde viene, es posible que no sea verdad.

Por eso es importante tener y guardar, atender las directrices oficiales de los científicos y dejar las RR.SS. para temas de menor, o ninguna, importancia para la salud.

Tengan un hermoso día.

En mi Quinta 07-01-2021.

Dia de Reyes

Ayer intenté construir un relato y después de tenerlo muy avanzado lo envié a la papelera. Hacía mucho frío, 2º en el exterior y 21º en el interior, estaba de mal humor, mi ánimo no daba para mucho y no alcanzaba a lo que yo necesitaba. Después subió la temperatura exterior, me animé y me arrepentí del borrado. Las cabecitas, la mía, no andan muy finas y lo peor, creo que es por culpa del corona-virus.

No, no es que tenga síntomas, sólo faltaría eso. Lo que me ocurre es que tengo la conciencia miedosa y sé, intuyo, que si nos ‘agarramos’ es lo último que haría.

Hoy es otro día, día especial de los Reyes Magos y a pesar de llevar todo un año sin pecar ni se les ha ocurrido pasar por aquí. No quiero decir que sean unos ‘siesos’, lo achaco más a problemas de contabilidad que, no dudo, será difícil. Otro tema, bien diferente, es su injerencia en el normal funcionamiento de algunas cosas hasta este día, el suyo. Hace unos días adquirí un libro de un tema raro, como yo. Lo adquirí, no porque no tenga lectura pendiente, lo hice, más que nada, para que los Reyes no tuvieran excusa para no pasar por mi domicilio. Me tranquilizo pensando que, con su poder, lo interceptaron y detuvieron su caminar. No, no han venido, a pesar que el vendedor, sin conocer el poder de los Reyes, me prometió que llegaría justo con ellos.

Con la mañana consumida me siento con ánimo para salir a la calle, 8º a las 12.30 h, mascarilla mediante, en busca de los Reyes, los imagino reponiendo fuerzas en algún restaurante bien surtido. Voy a buscarlos.

En la creencia de que sólo una minoría no haya podido cumplir sus deseos, tengan un feliz día de Reyes.

Yo y mis rarezas.

Hoy, como es domingo, voy a contar sobre mis rarezas de ayer. Ayer, y los domingos, transito por dos días de soledad y las ocurrencias pueden ser increíbles.

Ayer fue un sábado con sol y aire frío, especial para no salir a la calle y permanecer encerrado abrazado a un radiador caliente. Fue un día, hoy seguramente será igual, para, en solitario y en silencio, escuchar música.  Ayer, por la tarde, disfrute de un tiempito de la música, inducido por una desconocida amiga, de la lectura y el cine de ahora, la televisión. Una de las cosas sorpresa de ahora, y existen muchas, es que puedes tener amigas que no conoces y contar con ellas como si las conocieras.

Empapado, desde primerísima hora, de las noticias escritas, las visuales las veo poco, me dispuse a dejar volar mi imaginación y la puñetera me estuvo mareando un buen rato, no sabía dónde posarse. Finalmente, con un libro en las manos, situado de espaldas a un radiador, me dispuse a leer.

El libro, por esas rarezas que tiene la vida, es un libro que trata de los descubrimientos que se hicieron en la Montañas Rocosas ( EE.UU. y Canadá) hace 200 años referidos a los habitantes del mundo marino desde el principio de los tiempos.

Los paleontólogos  estudian los fósiles para desarrollar el conocimiento de las antiguas formas de vida y su medio. Necesitan saber todo, o casi, de lo ocurrido en la Tierra desde el principio de los tiempos. En este caso, en las Montañas Rocosas que, por su antigüedad, se encuentran los más antiguos fósiles de los habitantes del mar, y primeros habitantes de la Tierra, de aquella lejana época.  

Trataban de encontrar algún habitante del mar con su masa blanda fosilizada. Conocían, por sus conchas fosilizadas, al habitante, pero no conocían su forma, no conocían cómo era. Ejemplo: un caracol con su cuerpo fuera, o dentro, de su concha.

El libro es un poco pesado, contiene muchas páginas sin sustancia paleontológica, letra muy pequeña, y mantenerse conectado leyendo requiere, muy frecuentemente,  ir reacomodando la posición  tú y las gafas.

Por su lectura conozco que hace más de 200 años había un científico especialista en Trilobites. Los Trilobites aparecieron en el mar hace 500 millones de años y hace 200 millones que desaparecieron. Vivieron en nuestro mundo 300 millones de años y los conocemos por el rastro que dejaron sus conchas en todos los mares. Piense la cantidad de habitantes que vivieron en el mar y no conoceremos nunca porque no necesitaron concha para vivir. También piense en nosotros, los humanos. En términos geológicos estamos en la Tierra cuatro días y seguimos discutiendo, todavía, cómo llagamos a ella, sin negar que somos los mas inteligentes.

Pasen un hermoso día